Muchas personas viven minimizando la importancia de aquello que les hace daño. Cometen el error de creer que si dejan de prestar atención a esas emociones negativas le quitarán su poder, cuando en realidad sucederá todo lo contrario.
Puede ser que ese sentimiento de tristeza nos ha acompañado desde que éramos una niña. Y son esas emociones densas como la tristeza, la rabia o el miedo las que nos generan problemas en la adultez.
Quiero invitarte a que comiences a tomar consciencia de tus emociones, porque al minimizar e ignorar nuestro sufrimiento, con el paso del tiempo se hará más grande.
No temas a tus emociones . No luches contra ellas ni escapes o bloquees. Dales la bienvenida, vívelas y entiéndelas.
Con el tiempo te darás cuenta que se disipan hasta desaparecer por sí mismas cuando te permites vivirlas y aprovecharlas.
¡Escucha el mensaje que te quieren dar tus emociones!
“Pero los sentimientos no pueden ser ignorados,
no importa lo injusto o poco placenteros que parezcan”
-Ana Frank-
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