La respuesta es muy sencilla y no tiene que ver solo con la suerte. Según la Dr. Marian Rojas es por cómo reaccionan e interpretan aquello que les pasa. La felicidad no es lo que nos pasa, sino cómo experimentamos lo que nos pasa. Sea bueno o malo, hay personas que lo ven siempre como una oportunidad. Su cerebro está predispuesto a esto.
En el 2019, el libro más vendido en español fue ¿Cómo hacer que te pasen cosas buenas? escrito por la psiquiatra Marian Rojas Estapé. Ella habla de la felicidad desde el punto de vista de la Psiquiatría y opina que hay tres factores que determinan nuestro modo de actuar:
1. Nuestro sistema de creencias. Todos tenemos una serie de creencias en las que hemos sido educados. En nuestras casas hemos visto reaccionar a nuestros padres ante los problemas y todo esto puede limitarnos a la hora de enfrentarnos a lo que nos pasa.
2. Nuestro estado de ánimo. Tú mejor o peor versión depende de tu estado de ánimo. Dependiendo de cómo me encuentre, recibir una noticia buena o mala, tiene mayor o menor impacto. Si uno habitualmente se encuentra de buen humor, toda noticia mala es menos mala. Si uno siempre está enfadado o agobiado, una noticia buena es menos buena y una mala puede ser para él un drama.
3. El sistema reticular activador ascendente. Este sistema se encuentra en el tallo encefálico de nuestro cerebro y filtra lo que recibe de la realidad captando solo lo que a nuestro cerebro le interesa. Por ejemplo, la mujer embarazada solo ve embarazadas por la calle. Una persona lesionada solo ve gente con muletas… Hay una famosa frase que dice: “Lo que el corazón quiere de verdad, la mente acaba mostrándoselo.”
Según la Dr. Rojas, vivimos en una sociedad muy avanzada pero muy enferma a su vez. De hecho, el 20% de la población es medicada por temas de estado de ánimo. Y esto se debe a que vivimos en un estado de alerta constante.
Esto científicamente tiene una consecuencia muy importante: generamos tanto cortisol que inflamamos nuestro cerebro. El cortisol es una hormona que por la noche está baja y por la mañana está a tope. Nuestro cuerpo segrega esa sustancia para activarnos, el problema es cuando por vivir estresado o bajo un estado de amenaza, la segregamos en exceso y nuestra mente y nuestro cerebro no distingue ese impacto.
¿De qué síntomas tanto físicos como psíquicos estamos hablando?
Nos tiembla el ojo, se nos cae el pelo, urticaria, migrañas, fibromialgia, contracturas, colon irritable… Empezamos a estar irascibles con la gente de nuestro entorno, tenemos fallos de memoria, fallos de concentración, problemas de sueño. Si el cortisol no baja por la noche no puedes dormir bien. El organismo se intoxica de cortisol.
¿Cómo podemos aprender a gestionar el cortisol para que la reacción a lo que nos pasa sea la adecuada y por lo tanto seamos más felices? Rojas recomienda varias cosas:
1. Hacer ejercicio. El deporte elimina el cortisol. De hecho, se rinde mejor si uno acostumbra a su cuerpo a hacer ejercicio físico.
2. Educar los pensamientos. Cada emoción viene precedida de un pensamiento, y esas emociones afectan a nuestras células, luego es importante educar el pensamiento. Que tu voz interior no boicotee tu estado de ánimo. Cuando el cerebro se ilusiona, se transforma y la corteza prefrontal del cerebro riega más sangre.
3. Desintoxicación de pantallas. Tender a la meditación, a la relajación. La pantalla estimula el cerebro de la gente en exceso provocando problemas, alterando nuestro sistema cerebral. Los smartphones nos han acostumbrado a gratificaciones instantáneas, pero ¿quién puede decir que es más inteligente desde que tiene un smartphone? Adormece muchas de las funciones de nuestro cerebro, así que si a lo largo de nuestro día podemos desconectar, mejor.
Ángela de Miguel
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