¿Has oído hablar sobre los llamados "vampiros emocionales"? Un vampiro emocional es aquella persona que tiene la necesidad de alimentarse de las emociones de otros. Manipula, utiliza, y abusa psicológicamente de los amigos, parientes y extraños, controlando situaciones y gente para sus propósitos. Suele padecer un comportamiento enfermizo, y se caracteriza por su melancolía y su tendencia a la depresión. Su falta de energía la compensa alimentándose de la actitud vitalista de otros. Como es incapaz de generar la actitud positiva adecuada para sentirse bien por sí mismo, inconscientemente, para compensar esa deficiencia, busca víctimas que le alimenten. Así, logra abastecerse robando la energía anímica de los que les rodean.
Puede parecer una persona atractiva, emocionante, inteligente, encantadora, creativa, pero “su necesidad” es superior a cualquier otra y asume que las reglas no son para aplicarlas a sí mismo, si no a la gente corriente. Nunca se siente culpable y cuando se le descubre, se muestra rabioso y manipulador, y cambia su forma. Desempeña tan bien su papel, que engaña a los demás con bastante frecuencia.
Compartir con estas personas agota mentalmente, deprime, apaga nuestro ánimo, nos sentimos como si una especie de "Drácula psíquico" nos hubiera drenado emocionalmente. Incluso un nuevo estudio sugiere que son negativas para nuestra salud.
¿No lo crees? Haz una prueba sencilla: ¿Existe alguien que evitas o rehúyes, sea en persona o por teléfono? ¿A quién te cuesta mucho trabajo devolverle una llamada, porque la sola idea de hablar con él o ella te cansa? Después de compartir con cierta persona, por "agradable" que haya sido el encuentro, ¿te quedas tensa, molesta o agotada y muchas veces ni siquiera entiendes por qué?
Si has respondido que sí a cualquiera de estas preguntas, no lo dudes: estás lidiando con un vampiro emocional. Lo insidioso de este problema, es que puede ser un desconocido o un ser querido: el padre, el esposo o la mejor amiga. De igual manera, la relación puede ser cercana o distante; la persona agradable o desagradable, pero el efecto que tiene sobre ti siempre es tóxico.
Existen dos clases de vampiros emocionales - ambos igualmente tóxicos - que debes aprender a reconocer: el invisible y el visible.
Amenaza invisible
El primero es el vampiro invisible. Y es que muchas veces, el comportamiento de estas personas no es abiertamente tóxico, por decirlo de esta forma. Por lo tanto, es difícil reconocerlas y neutralizarlas. Después de todo, son pocos los que no captan cuando alguien se comporta de una manera grosera o desagradable con ellos, o cuando trata de ofenderlos de acción o de palabra. Pero dicen que no hay peor contrincante que un enemigo invisible, y es verdad.
Muchos vampiros emocionales operan "por debajo del radar". En otras palabras: su comportamiento tóxico no es evidente; este se oculta detrás de una actitud o unas palabras inocentes. Esto se debe a que ellos envían mensajes dobles, que es el arte de decir una cosa aparentemente inocua, e insinuar otra muy diferente.
Por ejemplo: "Qué bien te queda ese vestido", dice tu "mejor amiga"... antes de agregar: "Incluso te hace cintura". "Qué bien te ves... para tu edad". Este tipo de comentario también se conoce como "el dulce envenenado", porque, detrás del elogio, siempre hay una crítica implícita.
El vampiro solapado también suele recurrir al humor como una forma de atacarte sin dar la cara ni sufrir las consecuencias. La regla que funciona aquí es la siguiente: si él o ella bromean con que tienes sobrepeso o no encuentras pareja... no debes ofenderte, porque se trata de una broma.
Cuando Susana, un ama de casa de 32 años, le pidió a su suegro que no le hiciera más chistes sobre su peso, él no solo le hizo sentir que ella era una acomplejada sin el mínimo sentido del humor... "sino que acabó dándome cátedra sobre la importancia de quererme tal como soy. O sea, que el problema acabé siendo yo", contó, indignada.
El lenguaje corporal también es una estrategia muy común de los vampiros emocionales. Te dicen "Respeto tu decisión"... con una sonrisa cínica en la cara; juran que te aprecian... con los brazos cruzados; te piden que les creas... y desvían la mirada (a veces el gesto es tan sutil, lo que los psicólogos llamamos una microexpresión, que no lo captas a nivel consciente; pero sientes que algo simplemente no "cuadra"). Ellos te dicen una cosa, pero tú percibes todo lo contrario. Esta discordancia crea una confusión interior que, a la larga, te drena.
Vale aclarar que, muchas veces, el vampiro emocional no opera a nivel consciente; no sabe el efecto que tiene en los demás. Simplemente, es su forma de ser. Como también ocurre con el segundo ejemplar.
Vampiro a la vista
La segunda clase de vampiro emocional es más fácil de detectar, pero no menos difícil de sobrellevar. Estos son algunos de los ejemplares más comunes, de acuerdo con las teorías de las expertas en relaciones interpersonales Cheryl Richardson, autora de Take Time for Your Life (Toma tiempo para tu vida) y la doctora Lillian Glass, autora de Toxic People (Gente tóxica).
Los quejosos. Se pasan la vida lamentándose de lo mismo - y "lo mismo" puede ser la pareja, el empleo, los hijos, la economía, pero nada hacen para cambiar la situación. En realidad, esta persona solo quiere quejarse, pues esto le produce un alivio momentáneo. ¿Tú? Después de una sesión maratónica de quejas, en la que al final nada se resuelve, acabas drenada.
Los criticones. Ponen objeción a todo lo que dices y haces; para ellos, tú nunca das la talla. Por supuesto, insisten en que las críticas son "por tu bien". Pero la realidad es que te dejan por el piso. Por regla general, estas personas le encuentran un defecto a todo: la película, la cena, el servicio en el restaurante. Son irritantes y ¡agotadoras!
Los negativos. Ven el mundo a través de lentes oscuros. Y a ti te toca la ardua tarea de elevarles el ánimo, lo cual es como subir una piedra montaña arriba. "Tengo que buscar trabajo", dice ella. "Ahora hay muchas oportunidades en tu campo", le dices tú. "Sí, pero a mi edad...", apunta ella. "La experiencia vale de mucho", señalas. "Ay, pero las empresas prefieren personas jóvenes...". Llega el momento en que tú, que tratabas de animarla, acabas más deprimida que ella, y temiendo por tu futuro laboral.
Los belicosos. Cualquier incidente, por mínimo que sea, provoca en ellos una reacción agresiva. Sientes que debes vigilar lo que dices o haces, para no encender la pólvora, porque cuando estallan, ¡arde Troya! Esto apaga tu espíritu.
Los débiles e indefensos. Constantemente necesitan que hables por ellos, los defiendas, los apoyes, los protejas... porque ellos, pobrecitos, no saben valerse por sí mismos. Pero, sin duda, llevar todo ese peso sobre tus espaldas te quita hasta la última gota de energía. ¿Ellos? Tranquilos y felices, porque no tienen que hacerse responsables por sí mismos. En este grupo hay que incluir a los "poca cosa" que practican la agresión pasiva; esos que, después de un desacuerdo, te juran que no te guardan rencor... pero luego se olvidan, por ejemplo, de pasar por ti a la hora acordada. Es su forma indirecta de castigarte.
Los sarcásticos. Sus comentarios - crueles, burlones, en fin: sarcásticos - pueden resultar chistosos, pero cuando ese humor negro siempre va dirigido a ti, acaba por minar tu espíritu. Después de una sesión de ironías y comentarios ácidos, te sientes dolida e insultada. Su humor hiriente es tóxico para el alma, porque siempre golpea donde más duele.
Los catastróficos. Siempre están hablando de huracanes, enfermedades, muertes, desgracias y colapsos económicos. Para ellos, la vida es un peligro inminente, y si algo va a ocurrir, seguramente será muy malo. Cinco minutos con ellos acaban con tus nervios.
Un peligro real
Daniel Goleman, autor del best seller internacional La inteligencia emocional, nos asegura que el efecto que nos causan estas personas va más allá de una molestia momentánea. De acuerdo con su último libro, Social Intelligence (Inteligencia social), nuestros intercambios diarios con la pareja, los hijos, el jefe y aun con extraños, moldean la estructura física de nuestro cerebro a nivel celular; esto, a su vez, afecta todas las células del cuerpo, efectuando cambios incluso a nivel genético. En otras palabras: nuestra reacción ante los demás tiene un impacto biológico en nuestro organismo, ya que durante un contacto social segregamos hormonas que afectan desde nuestro corazón hasta nuestro sistema inmunológico. Según Goleman, las buenas relaciones son como una vitamina; las malas, como un veneno. Y no solo eso: las emociones ajenas son contagiosas, lo mismo que un catarro. ¿Entiendes ahora por qué es tan importante neutralizar a los vampiros emocionales?
Los Pasos Claves
1. Reconocerlos. Determina en qué categoría cae esa persona que te deja drenada anímicamente. De esta manera nunca te toma desprevenida, pues ya sabes cómo opera.
2. Mantener el balance interior. Para evitar el contagio, muchas veces entender por qué esa persona tiene ese efecto sobre ti, te ayuda a protegerte de su influencia negativa. Cuando sabes que es ella, y no tú, la que tiene un problema (porque es negativa, belicosa, catastrófica, etc.), puedes mantener una distancia emocional que te permite observar su comportamiento ‘desde afuera’, sin que te afecte.
3. Alejarte. Si esta persona no es esencial en tu vida, puedes diluir la relación. Muchas veces la costumbre nos "ata" a amistades tóxicas.
4. Sanar la relación. Si la relación es importante para ti, Cheryl Richardson aconseja que le dejes saber a esa persona de qué manera te está afectando. No se trata de enfrentarla, herirla ni atacarla. En el momento oportuno, cuando ambas estén en buenos términos, debes llamarla aparte y dejarle saber que, justamente porque la quieres y valoras la relación, tienes algo que decirle. "Cuando haces/dices tal cosa, yo me siento tensa/triste/ansiosa/ofendida. Te pido que no lo hagas más". Esto puede iniciar un diálogo muy sano para las dos.
hola carolina,que buena entrada amiga porque de esta manera despues de leer atentamente tu texto me han venido a la memoria algunas personas que gracias a dios ya no estan de mi,por suerte la vida las llevo por otros caminos y hoy las siento mas lejanas que nunca,pero es verdad lo que dices amiga,son vampiros emosionales que se apreovechan de todo,es increible que haya peronas a si en el mundo.
ResponderEliminarlos que mas me molestan son aquellos que pasan la vida quejandose y no hacen nada para mejorar sus vidas,es mejor para ellos quejarse que hacer y asi les va.
me gusto mucho amiga gracias por compartir.
te dejo abrazos y besos y pasa una hermosa semana!!!!!!!!
Hola Sony!! Agradezco tu palabras. En realidad no te sucede sólo a ti, puedo asegurarte que todos conocemos o hemos conocido a alguien con características de "vampiro emocional". Es más común de lo que se puede llegar a creer. Me alegra saber que te has alejado de esas "personas tóxicas" amiga (también se les llama así a estos vampiros), que lo único que hacen es causar daño y no aportan nada bueno a nuestra vida. Ya sabemos cómo identificar a esta clase de personas, ahora nos queda estar muy atentas y no involucrarse por nada del mundo con ellas. Gracias por compartir tu experiencia amiga! Te dejo un gran abrazo!!!!
EliminarHola Carolina!!! pues por suerte no tengo ninguno cerca al menos que yo me haya percatado, Habra que estar mas pendiente.
ResponderEliminarTe lo has currao amiga!!!
Un merecido y enorme beso!!!
Hola amiga linda! Siempre tan cerquita que me da tanto gusto!!
EliminarMe alegra saber que no te has encontrado con un chupasangre por ahí jaja y ojalá nunca te pase, por lo menos ya sabes cómo identificarlos al vuelo!! Gracias por tu presencia amiga! Besitos y que tengas un lindo jueves!!
Genial!! Me gusto mucho esta entrada!! Hay amores que matan, muy cierto!! Los vampiros emocionales si existen
ResponderEliminarHola Marilyn!!
EliminarMe alegra saber que te ha gustado esta publicación y me alegra que hayas dejado tu huella!!
Feliz jueves!!
Gracias Caro, no sabes el bién que me hace leer todo esto ahora, hay en mi entorno algunas personas que me están afectando así, y me está costando recuperarme mejor justamente por el desgaste que llevo con ellos, ¿recuerdas lo que hablamos anoche? bueno jajaa anoche para mí, no dejes de intentarlo, no nos abandones porque aunque creas que no, nos estás ayudando.
ResponderEliminarTe quiero amiga, un abrazo,
Gracias a ti querida amiga, tu comentario me ha emocionado muchísimo! Sin duda la conversación que sostuvimos anoche hizo un "click" importante en mí jeje
EliminarMe alegra saber que este artículo te haya hecho sentido amiga. Ahora que sabes cómo identificar a esta clase de "personas tóxicas" trata de evitarlas. Es importante rodearse de personas que aporten algo a nuestra vida, sobre todo en esos momentos en que necesitamos contención de parte de los seres que nos rodean!!
Ya sabes que puedes contar conmigo, cualquier consulta o sugerencia para este espacio con gusto lo recibiré!
Besos y abrazos con todo mi cariño!
Me encanto este articulo. Durante mi vida me he cruzado y me sigo cruzando con algunos de ellos. Pero algunos pueden ser tan cercanos que no podemos evitarlos, entonces debemos aprender como manejarlos y no quedar exhaustos en el intento. Pienso que tambien debemos reconocer que todos tenemos algo de vampiros en ciertas circunstancias y que al haber leido tan interesante tema cambiemos nuestra actitud, no tapemos el sol con un dedo, todos tenemos algo de vampiros!!! Te felicito Carolina, muy interesante. Saludos cordiales
ResponderEliminarHola Pamela! Tienes razón en lo que dices, a veces estas personas son cercanas y nos es muy difícil evitarlas, entonces tenemos que aprender a llevar esa relación de la manera más sana posible. La idea es decir a esa persona que lo que te está diciendo te afecta. No se trata de enfrentarla, sino de conversar en buenos términos, y hacerle saber que ella es importante para ti, pero que con esa actitud lo único que hace es que te alejes de ella.
EliminarMe alegra que te haya gustado esta publicación. Muchas gracias por tu visita y comentario, un abrazo para ti!