Hace un par de décadas las mujeres eran distintas a lo que frecuentamos ser hoy. Actualmente ha ido creciendo el número de familias en las que ambos miembros de la pareja trabajan y esto ha significado que tanto hombres como mujeres han tenido que ir adaptándose a estos cambios, ajustando sus necesidades y la relación entre ambos, para que el sistema familiar funcione. Pero este proceso ha impactado principalmente la vida de la mujer, en la medida en la que ésta se enfrenta a la llamada doble jornada y al desempeño de múltiples roles: esposa y madre, vinculada a un empleo dentro o fuera del hogar. Vivimos en un mundo bajo presión, con una rutina diaria tan ajustada que lamentablemente en reiteradas ocasiones nos vemos sobrepasadas y agobiadas al intentar cubrir todas las áreas que tenemos que desarrollar. Esto nos ha llevado a olvidarnos de nosotras mismas, a dejar de lado nuestras propias necesidades, a comenzar a postergarnos, a limitarnos y esto nos ha llevado también a perder nue
Si realmente comprendes la diferencia entre lo que está y lo que no está bajo tu control, y actúas acorde, ahí encontrarás la fortaleza mental necesaria para ser inmune a los vaivenes de la vida. Gastar energía en aquello que no puedes controlar, no es práctico y no te lleva a ninguna parte. Por eso es tan importante que nos enfoquemos en lo que sí podemos controlar y cambiar. Céntrate en lo que sí puedes controlar, dando un paso cada día y no te auto castigues cuando los resultados no sean los que esperabas. Céntrate en lo que sí puedes controlar y haz lo que puedas con lo que tengas. Y si por hoy no puedes hacer más de lo que haz hecho no te regañes por eso y comprométete a continuar otro día. "Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia."