Toda emoción es válida y útil.
Toda emoción que se niega o se rechaza seguirá aumentando y nos terminará desbordando.
Es fundamental comprender que la validación emocional es indispensable en nuestra vida. Validar las emociones es entender que es normal que se experimenten determinadas sensaciones frente a una situación determinada. Por ejemplo, sentir rabia o impotencia cuando alguien se va de nuestro lado o tristeza si nos han defraudado. La clave es darle espacio y tiempo a esa emoción negativa que se está manifestando, pero no negarla o quedarnos pegados en ella, porque eso solo nos bloquea durante largos periodos de tiempo y termina enfermándonos.
Entendamos que las emociones son una especie de brújula interna que nos impulsa a elegir aquello que deseamos y huir de lo que no. Nos ayudan a ir superando obstáculos y alcanzar nuestras metas.
La incapacidad para validar y gestionar las emociones es la raíz de algunos trastornos psicológicos, como la depresión. Por eso es tan importante considerar la importancia que tiene este tema. En la medida en que aceptemos lo que estamos sintiendo en una determinada situación, pongamos atención a nuestro cuerpo y a nuestros pensamientos, seremos capaces de generar un proceso de aprendizaje, que nos llevará a gestionar nuestras emociones adecuadamente y por ende a tener un mayor bienestar general.
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