Todos los días podemos ser sorprendidos por un acontecimiento que nos descoloca y no sabemos cómo hacerle frente. Es muy importante el cómo manejemos las crisis que se nos presentan, porque la manera en cómo lo hagamos determinará el rumbo de nuestra existencia. Porque como bien dice Balzac: “En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte”.
Intenta no estancarte en esa angustia. Está permitido llorar, pero no te ahogues en tus lágrimas. Busca la fortaleza de tu alma. En momentos de crisis la fe es una especie de trampolín que te empujará hacia adelante y no te permitirá caer en ese abismo que te atormenta. ¡Despierta! No abandones jamás tus sueños.
No permitas que tu corazón se rompa en pedazos luego de la crisis, piensa que de ésta saldrá fortalecido. Tómate tu tiempo. Nadie más que tú sabe cuánto es el que necesita para estar mejor. Cómo un ave herida descansa, cura tus alas y vuelve a volar. Si tus días se transforman en noches, no te desesperes y busca la luz de las estrellas que poco a poco volverán a iluminar tu alma. Y no olvides que siempre después del invierno llega la primavera, y así como renace la belleza de la naturaleza, también renacerá tu corazón.
"En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.
Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra."
Eugenio Trias
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