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Mostrando entradas de 2017

Mi filosofía de vida

Cansancio, aburrimiento, decepción, desasosiego, incertidumbre, tristeza, dolor, desesperación, temor, nostalgia, rabia... y tantas otras emociones y sentimientos he sentido al menos una vez en mi vida. ¿Y quién no? Momentos malos los ha tenido todo el mundo. Lo bueno es que las tormentas, gracias a Dios, son pasajeras y el tiempo que duren muchas veces depende de uno.  Pienso que lo importante es estar vivo, el poder respirar, el poder valerse por sí mismo y agradecer cada día por ello, porque lamentablemente muchos no tienen ese privilegio. Que maravilloso regalo es el poder disfrutar de las cosas sencillas, de lo cotidiano, como un atardecer o un café por las mañanas en compañía del ser amado.  Pero nos olvidamos de que es eso lo fundamental porque vivimos el día a día corriendo, con el automático encendido, para alcanzar a hacer todo lo que nos toca. Dejamos de ser conscientes de nosotros mismos, nos olvidamos de que lo más importante no está allá afuera, que no es el sólo

Antagonismos

En muchas ocasiones todos sentimos cómo luchan dentro de nosotros fuerzas antagónicas. Queremos amar y odiamos. Queremos dar y somos egoístas. Queremos trabajar y somos flojos. Queremos ser libres y nos esclavizamos. Queremos pero no queremos. Lo que sucede es que dentro de nuestra mente se mantienen en constante lucha las fuerzas de nuestro inconsciente. Lamentablemente la mayoría de las veces en vez de permitir que sea nuestro consciente el que nos guíe hacia una perfecta resolución de nuestros problemas, dejamos que lo hagan nuestros impulsos, las fuerzas del inconsciente que hemos ido almacenando desde la niñez hasta ahora y que se manifiestan en forma de miedos, temores, hábitos, ideas fijas, etc. El problema es que al hacer esto estamos dejando de ser libres. Muchas personas no viven por ellas mismas, no son ellas las que sienten, las que piensan, las que actúan. Son las fuerzas de su inconsciente las que las guían, sus padres, sus profesores, sus superiores, la sociedad