Cansancio, aburrimiento, decepción, desasosiego, incertidumbre, tristeza, dolor, desesperación, temor, nostalgia, rabia... y tantas otras emociones y sentimientos he sentido al menos una vez en mi vida. ¿Y quién no? Momentos malos los ha tenido todo el mundo. Lo bueno es que las tormentas, gracias a Dios, son pasajeras y el tiempo que duren muchas veces depende de uno.
Pienso que lo importante es estar vivo, el poder respirar, el poder valerse por sí mismo y agradecer cada día por ello, porque lamentablemente muchos no tienen ese privilegio. Que maravilloso regalo es el poder disfrutar de las cosas sencillas, de lo cotidiano, como un atardecer o un café por las mañanas en compañía del ser amado.
Pero nos olvidamos de que es eso lo fundamental porque vivimos el día a día corriendo, con el automático encendido, para alcanzar a hacer todo lo que nos toca. Dejamos de ser conscientes de nosotros mismos, nos olvidamos de que lo más importante no está allá afuera, que no es el sólo cumplir con nuestras obligaciones, sino que está bien guardado en nuestro corazón. Nuestro corazón que late sin cesar y sin pedir nada a cambio, el que nos regala la vida sin condiciones. ¿Por qué no devolverle la mano? Brindarle calma lejos de la vorágine que día tras día nos consume.
Problemas siempre van a existir y de cualquier índole y muchas veces no habrá cómo evitarlos. No nos queda más remedio que hacerles frente de la mejor forma posible. Por mi parte buscaré mi propia filosofía de vida, no creeré en todo lo que la masa dice. Buscaré mis propias respuestas y jamás tendré miedo a dudar de todo. Voy a adquirir experiencia de las personas buenas que me rodean y también de la sabia naturaleza. No me cansaré de aprender. Intentaré reír a pesar de todo. Valoraré el amor que me entregan y lo devolveré con creces. Tendré fe en que todo lo malo siempre terminará por pasar, en que la justicia sí existe, en que el perdón siempre será posible.
¡Vive en plenitud. Sé feliz. Cuida tu corazón. Cuida tus ojos y nunca dejes de apreciar aquellos pequeños grandes detalles que hacen que la vida valga la pena.!
Qué placer volver por aquí, ese automático del que nos hablas, nos está nublando totalmente y dejamos de ser en este mundo de vorágine agotadora.
ResponderEliminarAquí siempre se hallé un remanso de paz y hoy lo he recordado.
Abrazos querida Carolina.
Querida amiga, así te siento aunque sean muchos kilómetros de distancia los que nos separan, pues estamos conectadas en nuestro sentir y pensar. Siempre es muy grato recibir tus comentarios. Agradezco tu aprecio y tu presencia constante durante estos años. Recibe otro gran abrazo!!!!
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