Es normal que dudemos y que nos cueste mucho trabajo decidir seguir adelante con nuestros planes y proyectos, sobre todo cuando el nivel de duda que tenemos nos genera altos niveles de ansiedad.
Dudamos porque tenemos miedo a equivocarnos, por miedo a ser juzgadas, a lo que puedan pensar de nosotras, a lo pueda pasar, a que todo cambie, a salir lastimadas o quedarnos solas. También dudamos porque pensamos en exceso, le damos demasiada importancia a algunas cosas, mucho más de la que tienen. Y por último, dudamos cuando recibimos nueva información que no tiene nada que ver con la información previa que tenemos, y esa nueva información nos hace dudar en lo que creemos o pensamos.
Cuando te sientas merecedora de crear tu propia vida y segura de tomar tus propias decisiones, todo te será más fácil, dejarás de sentir el miedo a lo que puede suceder y dejarás de preocuparte por el qué pensarán de ti o el cómo te juzgarán los demás.
Considera esa nueva información que hace tambalear tus creencias, pero que eso no te insegurice o te quite tu paz mental. Mantente firme en tus ideas y pensamientos. No dudes de tu propio criterio, porque finalmente eres tú quien decide qué quiere y qué no quiere para su vida. Quédate con lo que te brinde tranquilidad y deja de lado lo que te inquieta.
Ten en cuenta que ninguna decisión es buena o mala, correcta o incorrecta. Lo importante es que cuando tomes una decisión lo hagas con tu corazón, conectada con tu amor propio.
Cuando tengas dudas acerca de tu futuro, solo tienes que pensar hasta dónde has llegado. Piensa en esas murallas que derribaste, en las batallas que ganaste y en los miedos que superaste.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu presencia.