“Nada me sale bien", "no sirvo para eso", “nadie me quiere", “nunca lo voy a conseguir”, “todo es mi culpa", “nunca cambiaré", ¿te parecen familiares estas frases?. Estos son algunos ejemplos de pensamientos que podemos tener a diario y que nos generan malestar.
Es importante poner atención en este diálogo interno negativo porque si se mantiene por largo tiempo puede llegar a modificar tu cerebro y hacerte más propensa a desarrollar algún trastorno como depresión o ansiedad.
El diálogo interno negativo son los pensamientos que nos paralizan, nos generan algún tipo de incomodidad y nos impiden seguir adelante. En cambio, el diálogo positivo nos motiva, nos hace sentir animadas y nos impulsa a seguir creciendo. Son pensamientos como: “Lo he hecho bien", "sé que puedo lograrlo".
¿Cómo te hablas a ti misma? ¿Tus pensamientos te construyen o te destruyen?
Ya has aprendido que la forma en que te hablas a ti misma misma influye en el cómo te sientes. Por eso es tan importante que cuides de tu diálogo interno.
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