No pierdas nunca tu capacidad de ilusionarte, aunque tus días sean grises, aunque te sientas atrapado por las preocupaciones, aunque la insatisfacción se esté aferrando a tu vida. No te quedes inmóvil. Avanza como puedas, sin miedo a los cambios. Rompe las anclas para continuar en tu trayecto vital. Empieza a soltar tus ataduras, empieza a botar ese peso en tu espalda que has acumulado por tanto tiempo y que arraiga al sufrimiento. Respira, rompe las cadenas innecesarias.
Me atrevo a decir que todos en algún momento de nuestra infancia fuimos víctima de algún tipo de maltrato. Quizás recibiste mensajes descalificadores o hubo alguna forma de abuso emocional o físico. Quizás existieron circunstancias en donde te sentiste avergonzad@ o humillad@. O tal vez no tuviste buenas relaciones de pareja o viviste alguna situación que te causó mucho miedo o que afectó tu autoestima. Sean cuales sean las experiencias negativas que viviste, lo cierto es que ya no están, excepto en tus recuerdos. Y es la interpretación que haces de esos recuerdos lo que determina tu presente e influye en la obtención de lo que quieres para tu vida y en cómo proyectas tu futuro. Todas las experiencias vividas en la infancia, los conflictos, frustraciones, represiones y traumas, se convierten en una pesada carga que impide disfrutar libremente el presente. El recuerdo de esas experiencias negativas nos hace desarrollar corazas para evitar ser dañados, y el hecho de estar c
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